«Llegó el momento de la paridad»
Por Adriana Molina*
En Argentina todos los estudios indican que, contando con el mismo nivel de capacitación y experiencia que sus pares hombres, solo 2 mujeres de cada 10 llega a puestos de máxima decisión en las áreas política, económica y social.
La semana pasada las mujeres argentinas dimos un nuevo paso: la Legislatura de la provincia de Buenos Aires aprobó la reforma que establece el 50 % de varones y el 50 % de mujeres en la composición de las listas, alternadamente, y estipula mecanismos para garantizarlo. La Ciudad de Buenos lo está tratando también y en el Congreso Nacional se plantea en el marco del tratamiento de la Reforma Política, con 19 proyectos presentados.
Puede sorprender a muchos desprevenidos el tema, pero lo cierto es que el movimiento de mujeres de nuestro país, acompañado y sustentado por las mujeres comunes que todos los días estudian, trabajan y luchan por sus derechos, viene trabajando en forma consistente y atenta, y ha logrado un consenso que incluye a todos los partidos políticos para lograr este 50 % de representación en todos los cargos públicos electivos.
Hace 25 años este mismo movimiento lograba la sanción de la ley de cupo femenino –pionera en América Latina- que establece un 30 % en la composición de las listas. Se logró con un esfuerzo enorme de un grupo de valientes mujeres de todos los partidos; su aplicación real tardó años y fue gracias a la persistencia de mujeres de todas las provincias que lentamente las firmes estructuras fueron dando lugar a esta presencia femenina. Que lamentablemente se convirtió en un techo, y no en un piso mínimo de participación como se la había pensado.
El análisis de los datos de lo que ocurrió en la Legislatura santafesina en estos 25 años nos muestra claramente cómo eran las cosas antes de la ley y después de ella, también lo que ocurre cuando no está la ley de cupo, como el caso del Senado provincial. Sin dudas el saldo positivo y reconocido hoy por varones y mujeres es que cambiaron las perspectivas y nuevos temas entraron en la agenda pública. Desde el ingreso de las mujeres al Congreso Nacional se lograron, por mencionar resultados concretos, las sanciones de las leyes de patria potestad compartida, salud sexual y reproductiva, violencia familiar y violencia de género, identidad de género, de lactancia materna, entre otras. La mirada complementaria de hombres y mujeres es indispensable, como en la vida misma.
Lamentablemente, durante estos años también comprobamos que en otros ámbitos en los que no existe una exigencia del cupo, las mujeres no llegan a la cima: frente a un 60 % de mujeres en el conjunto de egresados en las universidades del país y con mejores promedios que sus compañeros, la diferencia en el acceso a los cargos directivos, tanto en las empresas como en el ámbito público, ha tomado ya forma de discriminación. El que brillantes investigadoras del CONICET, por ejemplo, lleguen indefectiblemente hasta un escalafón como tope, durante décadas y décadas, no puede deberse a un tema de idoneidad.
Es lo que se ha definido como “el techo de cristal”: aquel que impide que las mujeres, por el hecho de serlo, no puedan avanzar hasta la cúspide del poder, donde sea que se desempeñen. Pensemos en el caso de la dirigencia sindical, en gremios como el docente en el que la inmensa mayoría de las afiliadas son mujeres y sin embargo durante años las conducciones fueron masculinas.
El “techo de cristal” tiene muchas formas de manifestarse, algunas muy evidentes y otras más sutiles. La clásica en la política es que las mujeres ya no están cuando se “corta el bacalao”, es decir, cuando se toman las decisiones importantes. La Paridad, para que funcione realmente, debe darse en todos los ámbitos. El doméstico sigue siendo uno de los más importantes pero de más difícil abordaje, porque es privado, pero es determinante en todo lo público. Por eso todo este movimiento que se está gestando a propósito de la Paridad en los cargos debería servirnos como sociedad para la discusión de una nueva masculinidad: frente a nuevos roles de las mujeres, nuevos roles de los hombres.
La discusión ya está instalada. El presidente de la UCR a nivel nacional José Corral escuchó las propuestas y él mismo lanzó la campaña nacional Paridad YA! En el Congreso Nacional, ya obtuvo un dictamen favorable en el Senado, y Diputados la debate el 19 de este mes. En la Legislatura santafesina, también se obtuvo un dictamen favorable en Diputados y se la tratará con preferencia en dos sesiones próximamente.
Nadie puede negar que llegó el momento de la Paridad.
* Concejala de la ciudad de Santa Fe (FPCyS-UCR) y Directora del Programa de Género de la UNL