Boleta electrónica: «vamos a contramano del mundo»
Por Fabián Palo Oliver (*)
La boleta electrónica aprobada en el marco de la reforma electoral en la Cámara de Diputados de la nación es un sistema poco transparente o de muy difícil auditoría, susceptible de manipulación y que se encuentra en retirada en todo el mundo.
Los únicos tres países que utilizan este sistema de manera integral son Venezuela, Brasil y la India. Estados Unidos, lo utiliza sólo parcialmente y cada vez menos. El resto lo está abandonando, lo ha abandonado o, directamente, lo ha prohibido.
Debemos concebir el sistema electoral de tal manera que persiga fines nobles como la concreción de la voluntad popular, la inclusión de más electores -facilitando de todas las maneras posibles, materiales y jurídicas, su acceso al ejercicio del derecho a elegir-, el respeto a las minorías o la equiparación de oportunidades para todos los sectores políticos, entre otros. Todos objetivos que pueden perseguirse a partir de un presupuesto que sea la base desde la cual se avanza: la transparencia antes, durante y después del acto comicial.
Sin un sistema electoral que otorgue las garantías de transparencia y credibilidad, que sea de difícil control, no se puede aspirar a ninguno de esos objetivos, ni pensar en autoridades constituidas que gocen de la plena legitimidad que otorga un resultado claro y sin observaciones.
Por ello, Francia lo ha abandonado a poco de implementarlo, Bélgica está en ese camino y Alemania lo ha prohibido a partir de una sentencia de su máximo tribunal.
Entre los aspectos negativos de la propuesta se encuentra la celeridad con que ingresaríamos a un sistema de estas características, cuando en otros lugares del mundo el debate llevó varios años. Aquí se plantea para mediados del año que viene. Estos cuestionamientos se suman a los que surgen de su posible implementación práctica ya que será infinitamente más oneroso para el presupuesto nacional, sin ahondar en los intereses económicos que se pueden esconder detrás de esta iniciativa.
Probablemente el sistema de boleta única en Santa Fe sea perfectible y tenga aspectos a mejorar, pero estamos convencidos de su condición superadora con respecto al de la boleta sábana implementado a nivel nacional y mucho más confiable que el aprobado por la Cámara de Diputados de la Nación. Decimos esto, adelantando nuestra postura con respecto a un futuro debate en el marco provincial.
(*) Diputado Provincial FPCS