«El mérito es hacerlo juntos, sino no hay mérito»

Por Paco Garibaldi (diputado provincial – Bloque Socialista)

Hace días vemos por todos los medios audiovisuales una publicidad de una importante marca de autos que como mínimo debe llamarnos la atención. Por la manera efusiva de trasmitir un discurso, acompañado de la espectacularidad de las imágenes, cualquiera podría decir que es una publicidad más, con la única finalidad de vender una marca, como es frecuente ver.

Pero hacer hincapié en la meritocracia como un valor a resaltar, mucho deja que desear y vale la oportunidad sumar algunas líneas. La meritocracia se puede pensar como una forma de gobierno basada en el mérito. Las posiciones jerárquicas son conquistadas en base al mérito, y hay un predominio de valores asociados a la capacidad individual o al espíritu competitivo.

Lo cierto es que esta publicidad refiere a situaciones supuestamente cotidianas donde solo el esfuerzo individual es el medio para alcanzar el «éxito».

¿Pero qué tiene de peligroso este discurso? En primera medida, resaltar como valor el individualismo y aislacionismo, y desde ahí destacar que los lugares de “poder” los pueden tener solo quienes se esfuerzan por conseguirlo. Otro mensaje que subyace es el de la competitividad, donde cualquiera puede convertirse en un enemigo que se interpone en nuestro camino, y hay que sacarlo del medio para poder llegar a la meta. Hacen evidente además, que solo “llegan” quienes se esforzaron para hacerlo, y es por esto que deben ocupar los lugares de poder, dando a entender que quienes “no llegaron” no se esforzaron, por tanto, no son merecedores.

Nosotros estamos convencidos que el mérito nunca es de uno sólo. Resaltar esos valores en la publicidad implica desconocer el esfuerzo que hace toda la sociedad para sostener las instituciones educativas, por ejemplo, o el capital cultural que nos legaron generaciones enteras. Y sobre todo implica ocultar las profundas desigualdades de ingreso y riqueza de nuestras sociedades.

Reafirmamos ante estos planteos que el verdadero camino se hace con el otro, al lado del otro y pensando en los otros. Como sostenía el filósofo y escritor, Emanuel Lévinas, “la primera responsabilidad del ser humano es para con los otros porque somos gracias a los otros”.

En momentos donde el “salvase quien pueda» pareciera resurgir, interpelarnos y hacer críticos estos pensamientos, nos van a dar mayor fuerza para una construcción social sólida, donde podamos darle a los que menos oportunidades tienen todo lo necesario para revertir las desigualdades que siguen siendo dolorosas en nuestro país y en nuestra provincia.

Ante la exacerbación del consumismo y del individualismo que parecen ser la melodía excluyente de nuestra época, cantamos aquella “Canción de Caminantes” de María Elena Walsh, que nos dice: «esperando a solas poco se alcanza»; y sobre todo nos propone una respuesta simple y esperanzadora a la vez: «dame la mano y vamos ya».

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