Semestre flojo en el Congreso: más sesiones, menos leyes

Mayor cantidad de sesiones, menor cantidad de leyes y más negociación: esas fueron las claves del primer semestre legislativo. El Poder Ejecutivo tuvo capacidad para imponer su agenda, y los temas a los que Mauricio Macri les dio prioridad, fueron aprobados por el Congreso. Sin embargo, el oficialista interbloque de Cambiemos no cuenta con mayoría en ninguna de las dos Cámaras, por lo que tuvo que negociar con la oposición el contenido de las leyes más relevantes.

Todos estos datos surgen del balance del primer semestre de 2016 en el Congreso realizado por la Fundación Directorio Legislativo, que refleja que, comparado con el primer semestre del año anterior, el Congreso sesionó el doble de veces (20 sesiones este año, contra 10 sesiones realizadas en 2015).

Sin embargo, este aumento en la cantidad de sesiones realizadas, no tuvo correlato en la cantidad de leyes sancionadas. Mientras que en el primer semestre de 2015 se habían sancionado 45 leyes, en el mismo período de este año obtuvieron fuerza de ley 22 proyectos. En otras palabras, en 2016 se sancionó la mitad de leyes que el año pasado.

El doble de sesiones y la mitad de leyes, remarca el trabajo, reflejando así el carácter del Congreso con el que convive el Presidente Macri, un Poder Legislativo que no tiene una mayoría oficialista y que necesita negociar (y mucho) para sancionar leyes.

Si se considera el origen de las leyes (esto es, si la ley sancionada fue presentada por un legislador o por el Presidente), se evidencia una menor incidencia del Poder Ejecutivo en la sanción de las iniciativas. En el primer semestre del año pasado, el 49 por ciento de las leyes sancionadas, habían sido enviadas al Congreso por la entonces Presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Con Macri en el Gobierno, ese porcentaje bajó a 32 por ciento.

De los siete proyectos enviados por el PEN que obtuvieron fuerza de ley, solamente tres no tuvieron modificaciones: el proyecto que autoriza al Presidente a ausentarse del país, la ratificación de un protocolo internacional sobre trabajo forzoso y una iniciativa que había sido enviada al Congreso por Cristina Fernández de Kirchner. El resto de los proyectos originados en el Poder Ejecutivo (pago a los holdouts, devolución del IVA, blanqueo de capitales e IVA) sufrieron modificaciones en el Congreso.

Estos datos demuestran que, tal como sucedió durante el segundo mandato de Cristina, el actual Poder Ejecutivo mantuvo la capacidad de marcarle la agenda al Congreso, ya que los temas de mayor relevancia que fueron discutidos en los recintos legislativos, fueron los enviados por el Presidente Macri.

Sin embargo, ya sea por vocación republicana o por necesidad numérica, para aprobar las leyes requeridas por el Poder Ejecutivo, Cambiemos ha tenido que negociar con legisladores de la oposición. Esta situación se explica por el hecho de que el oficialismo no cuenta con mayoría propia en ninguna de las dos Cámaras legislativas. Esto se acentúa cuando se analiza el origen partidario de los proyectos sancionados que tienen origen en el Poder Legislativo: ninguno de ellos fueron presentados por un legislador del bloque oficialista.

En la Cámara de Diputados, el núcleo duro de la oposición al gobierno de Macri está representado por el Frente para la Victoria, que comenzó el año con 100 diputados, y que luego de varias escisiones, llegó al segundo semestre con una bancada de 72 legisladores. Así, el oficialismo gestionó el grueso de las negociaciones con distintos bloques de extracción peronista, fundamentalmente el interbloque UNA conducido por Sergio Massa y el bloque Justicialista referenciado en Diego Bossio.

En la Cámara de Senadores, Cambiemos está en franca minoría: cuenta con 15 legisladores, sobre un total de 72 escaños. En el Senado, el FPV reúne 38 legisladores, por lo que cuenta con quórum propio. Sin embargo, en el bloque del FPV se distinguen dos líneas internas: una minoritaria, que reúne alrededor de 8 senadores identificados con el kirchnerismo más puro; y otra mayoritaria, que cuenta con 30 senadores, más cercanos a los gobernadores del PJ. En este marco, las claves de la negociación legislativa en el Senado giran en torno a la figura del ministro del Interior, Rogelio Frigerio, y Miguel Ángel Pichetto, jefe del bloque del PJ-FpV.

 

 

 

 

 

 

 

(Fuente: parlamentario.com)

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