De los enfermeros asesinos a la muerte digna

El escándalo judicial y mediático por los dos enfermeros uruguayos que “asesinaban” pacientes para, supuestamente, mitigar su dolor, reavivó el debate sobre la eutanasia y la muerte digna, tema aún poco debatido en ámbitos parlamentarios.

En la provincia de Santa Fe existen proyectos sobre “Voluntades anticipadas”, en los que se establece que el paciente “elija” el tratamiento que no quisiera tener frente a una situación cercana a la muerte.

Básicamente no se trata de “eutanasia”, donde se provoca o se induce la muerte del paciente, sino de “dejar que el paciente, por propia voluntad” elija tener o no tratamiento médico, y con qué características, ya que en muchos casos esos tratamientos son demasiado tortuosos para el ser humano.

Algunos de los proyectos presentados en la Legislatura santafesina son los de Alicia Gutiérrez (SI) y de Hugo Marcucci (UCR), pero nunca lograron avanzar más allá del ruido mediático que este tipo de iniciativas genera.

Cualquier proyecto para establecer a la “eutanasia” como práctica médica necesitaría el aval del Congreso Nacional, ya que se trata de modificar el Código Penal de la Nación.

Pero hay algunas provincias que avanzaron en la temática de la muerte digna, como Río Negro y Neuquén.

En el caso de Santa Fe, el Ejecutivo provincial promulgó el año pasado la ley sobre “cuidados paliativos”, elaborada por la diputada Gutiérrez, en la que se dispone “asegurar la autonomía y el respeto a la dignidad del paciente, cuando su capacidad para tomar decisiones lo permita y no atente contra principios legales o éticos”.

Asimismo,“asegura el respeto del derecho del paciente a recibir o rechazar el tratamiento”, entre muchas otras cuestiones.

Pero tanto Gutiérrez como Marcucci presentaron proyectos en 2011 sobre “Voluntades Anticipadas”.

Es para que la persona pueda ir al Ministerio de Salud y declarar cuáles son las prácticas médicas a las que no quiere someterse para sobrevivir en caso de que tenga un accidente o algún evento de salud que lo ponga cerca de la muerte.

Gutiérrez citó algunos ejemplos como la resucitación o la traqueotomía, prácticas que la persona podría dejar establecido en un documento de voluntades anticipadas, y que debería ser consultado “obligatoriamente” por los médicos.

El tema no fue tratado en el recinto de la Cámara de Diputados, pero lentamente se abren posibilidades de discutir seriamente sobre la dignidad del paciente.

 

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